sábado, 9 de noviembre de 2024

Las Rueditas Traseras

La Ortopedia Necesaria

Sobre la manera en que enfrentamos, o deberíamos enfrentar, algunas situaciones

Todos alguna vez pasamos por el proceso de utilizar un par de rueditas anexas a la llanta trasera de la bicicleta. Algunos las usamos hasta los ocho años y algunos alcanzaron la destreza de dejarlas a los seis. Para muchos niños en la escuela, kinder garden en mayoría de los casos, es una especie de meta de vida y hasta hay "Bullying" hacia los que aún las utilizan. El caso es que cuando uno deja de usarlas es algo que nos gusta presumir y sentirnos orgullosos e incluso lo presumimos por mucho tiempo después: "Yo dejé de usar rueditas a los tantos años". Con el tiempo nos convertimos en usuarios de la bicicleta. De adolescentes para ir a la escuela o a ver a los amigos, de jóvenes para cubrir distancias largas o ir a comprar algo que olvidamos, o simplemente porque nos da la gana hacerlo. En la etapa adulta utilizamos la bicicleta por terapia, por gusto también o por hacer ejercicio y hay quienes incluso rinden un culto especial al ciclismo.

Pero, ¿y qué pasaría si utilizamos esto como metáfora para describir un proceso mental y/o emocional, o de simple meta en nuestra vida?. A lo largo de mi rutina diaria convivo con personas, no todos son mis amigos cercanos, pero son personas con las que interactúo un promedio de cuatro horas diarias, o más, y que se han convertido en parte de mi vida laboral, o de rutina como ya dije. Muchos tienen dramas y problemas y más de alguno suele responder con ello cuando uno hace la simple pregunta de: "¿Cómo estás?". Lejos de huir de ello, trato de permitir que se exprese y así pueda darle una dimensión diferente a su sentir y, aunque en muchos casos uno en realidad no puede hacer la gran cosa, el simple hecho de que esa persona sepa que es escuchada, ya le permite dar un equilibrio al asunto debido a que también pudo escuchar su propio sentir, valga repetir la palabra.

Niveles de Problema

Pero los muchos dramas pueden ir de lo simple y poco complejo a lo complicado y pocas veces uno puede dar o sugerir siquiera una solución que pueda resolver el problema. Mucha gente está pasando por procesos de duelo, problemas, tristeza y hasta enfrentando un cierto complejo de incapacidad para cosas que a esa persona le gustaría hacer; ya sea resolver dichos problemas o avanzar en algo en la vida. Hablemos en este caso de un estado de miedo y sentimiento de impotencia. Hablemos de las personas que se sienten tristes porque no saben cómo enfrentar el futuro después de un episodio de pérdida afectiva o de un ser querido, o tal vez del repentino sentimiento de que todos sus amigos y/o familiares le han dejado solo.

Cuando una persona está así, debe dar un paso a la vez, un día a la vez y un periodo a la vez para deshacerse de la carga y es cuando entra el ejemplo de "Las Rueditas". Como es el caso de utilizar tales aditamentos para no perder el equilibrio en la bicicleta, en el terreno emocional podemos utilizar "Unas Rueditas", desde luego imaginarias. Digamos que algún amigo muy querido nos sirva de apoyo, ser "Las Rueditas", o tal vez alguna pequeña meta de un día para otro, luego de una semana a otra y así sucesivamente alcanzando esas pequeñas metas, esas serán nuestras rueditas entonces.

Con tal ayuda mental, entonces la persona deberá comprometerse un poco consigo misma a que un día deberá dejar de usarlas y prepararse a la evolución eventual. Las rueditas permitirán que la persona aprecie el amanecer, por ejemplo. En la ciudad el claxon de las seis de la mañana del autobús que lleva al centro, la algarabía de la estación del metro, el sonido de las cortinas de los negocios o el olor del café antes de la ducha. En el campo puede apreciar el canto de los gallos, el timbre de la bicicleta del panadero (nunca mejor dicho en este caso), las voces de las señoras chismosas que se saludan en la calle mientras corren por la leche o tal vez encender el televisor para mirar algún programa matutino (¡Por piedad, esa persona debe evitar los noticieros!). Tal vez comprar un CD de algún artista que aún no conozca, mirar una película chistosa o probablemente llamar a casa de ese amigo(a) para decirle "Buenos Días".

Las Maneras son lo de Menos

Si la persona decide intentar otros rituales, su enfoque cambiará paulatinamente y comenzará a descubrir la belleza del diario acontecer e irá integrándose nuevamente al mundo normal (por decirlo así). Obviamente el proceso no garantiza el bienestar por arte de magia. Habrá momentos buenos y mágicos y también habrá momentos en los que va a desear no haber salido de casa pero la vida es así, nunca nadie nos dio la garantía de que todo será alegría eterna y la mejor forma de enfrentarlo es blindando el espíritu. Pero es bueno y muy importante mencionar que, si el duelo de la persona ha alcanzado niveles clínicos de depresión, deba atenderse con un profesional sin dejar de usar sus rueditas traseras de soporte (mental).

Nadie espera que las cosas malas sucedan y nadie espera que la vida sea una eterna tendencia de ir hacia abajo pero también es importante saber que necesitamos la capacidad de enfrentar lo malo y de apreciar lo bueno, y es aquí en donde resulta necesario aprender a rodearse de personas que nos harán avanzar y nos estimularán a ir abandonando las rueditas. Rodearse de personas negativas no será de gran ayuda.

Así que, no lo olvide. Para aprender a nadar se necesitan, aparte de agua, un chaleco salvavidas y ganas de aprender. Así la vida, para aprender a lidiar con ella a veces necesitamos un poco esas "Rueditas Traseras", con el tiempo volveremos a ser esos hábiles ciclistas avanzando hacia adelante.

Escribió: Toni Hendricks

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